miércoles, 31 de agosto de 2011

Český Krumlov

Homenaje a Juan Perucho

El rastro de una zarpa sobre el cristal de plomo: tras el vidrio mojado, la membrana de bruma, el traslúcido velo de la lluvia sobre el amplio meandro del río negro y las góticas casas apretadas como un rebaño medieval. Avanzas por el corredor esgrafiado hacia la torre de bronce, pero no acaba nunca el largo pasadizo suspendido sobre el cantil. Los renegridos retratos de los Austrias te vigilan, alumbrados por la llama de los viejos candelabros que azulea un viento persistente. Muy abajo, en el foso, gruñen los osos heráldicos contra una reja maciza. Alguien toca un remoto clavicordio con las cuerdas cortadas y el eco de una oscura carcajada sube del teatrillo barroco. No es de noche aún y resulta encantador constatar la fidelidad a las viejas tradiciones de Bohemia, razón por la cual, por otra parte, sería muy conveniente para todos encontrar cuanto antes la salida o terminar el cuento ahora que no han empezado los aullidos.







3 comentarios:

Al norte de los nortes dijo...

Genial, lo de la membrana de bruma, me parece algo manido y es una imagen desafortunada. pero me ha encantado el resto, lo de las casas que son un rebagno medieval, o lo del clavicordio, y el final que todo es un cuentecito de la infancia,un saludo

faustino lobato dijo...

He estado en ese lugar...de cuento. Me impresionó el meandro del río...Toda una experiencia. Me ha gustado el relato. Un abrazo

José María JURADO dijo...

Muchas gracias, Pablo, lo tendré en cuenta.

Tino, bienvenido, ¿verdad que es misterioso? Hay además leyendas de crímenes horrendos comteidos por Don Julio César de Austria, hijo de Rodolfo II, el mágico emperador.

Abrazos.

 
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