sábado, 27 de octubre de 2012

El Gran Gatsby

Mercader o poeta, toma nota:
el alcohol y el petróleo no se mezclan,
no volverá contigo ni por todo
el oro o el dolor, dólar del mundo.

Conociste la gloria entre las flores,
las grandes esperanzas, la cintura
de Daisy como un tallo de magnolia
al pie de la bandera americana.

Una mancha de sangre en el coupé
amarillo, las luces de Long Island,
medusas arrastradas por el tiempo.

Sobre un tapiz de orquídeas putrefactas
una voz dictamina la sentencia:
no serás nunca uno de los nuestros.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Podría usted escribir una glosa de este poema?

José María JURADO dijo...

Con mucho gusto si, pública o privadamente, me revela su identidad. En cualquier caso le remito a la novela, bien breve, y reeditada en previsión de la nueva versión cinematográfica.

Gracias!

Anónimo dijo...


Conozco la novela. Y he aquí que enumero mis dudas surgidas tras leer el poema.

¿Quién habla en el poema, o es el poema quién habla?; ¿quién es ese "nosotros" final?
¿Sueña Gatsby, sueñan los otros, o todos sueñan de alguna manera?; ¿es el poeta un soñador o es el más realista de todos por destapar el velo?
¿Hay una velada crítica hacia alguien concreto, o hacia un sector de la sociedad?
¿Se identifica usted con el misterioso Gatsby o con los pijos?; ¿o tal vez no se identifica con ninguno?

En fin. Usted se queda con mis dudas y yo me quedo sin su glosa.

José María JURADO dijo...

Narrador omnisciente, semejante al Nick Carraway de la novela.

"Nuestros": la estirpe de los ricos americana, frente a los advendizos. Petróleo vs Tráfico de Alcohol.

Sueña Scott Fitzgerald.

No, se repite la crítica de la novela a la inmoralidad, más inmoral, del rico no advenedizo.

Con ninguno de ambos por razones obvias, sí con el poema.

Espero haberlo aclarado sus dudas, usted las mías a mí no.

 
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