[Rosalía, Sevilla, 2 de febrero 2019]
Ascendía la música inflamada
ascua roja de fuego, llamarada,
incendiando la noche, la encendida,
incinerada noche desvalida.
Una pira de luz y de belleza
ardía, y manaba la pureza
de los barrios heridos por la pena,
miel de heroína y flor de hierbabuena.
Disuelta en una lluvia de pavesas,
carmín y rosas, sangre de las fresas,
ungía lentamente nuestra frente
y otra vez el amor era inocente.
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2 comentarios:
Me gusta más la versión de los Chichos. Yo esta canción se la canto a Cristo y lloro. No lo digo en broma, ya lo sabes.
Sé que hablas en seso. Es para llorarlo.
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