lunes, 21 de septiembre de 2020

La carrera por la vacuna


Por Stefan Zweig

[Algún día, no muy lejano, algún escritor austriaco, con el temperamento de Zweig hará la crónica lírica y épica, como las suyas, de cuando la humanidad estuvo en vilo por la vacuna. Del enorme esfuerzo de los científicos y empresarios mientras la humanidad agonizaba en su desesperanza, los políticos fracasaban en sus intentos y la OMS era incapaz de marcar una estrategia. En ese momento estelar de la humanidad, con sus retrocesos, como la enfermedad generada hoy en uno de los vacunados voluntarios, los grandes héroes serán los químicos, médicos y microbiólogos, con su mínimo nombre y apellido, que cada día se volcaban sobre los microscopios. Y Moscú, Oxford y Nueva York correrán fraternalmente una carrera en la que al final y a tiempo habrá dosis para todos dando origen a un mundo nuevo, podría empezar así:
"Nunca antes la humanidad, a pesar de haber sido fatigada por mil guerras, catástrofes naturales y enfermedades, se había enfrentado a una situación como esta. Miles de millones de personas encerradas en sus casas, sin poder ni siquiera visitar a sus familiares, aguardaban el remedio de un milagro que se antojaba imposible ante la visión diaria de miles de ataúdes apilados. De nuevo la oscuridad, como en los días tenebrosos de la Peste Negra se cernía sobre el mundo y las más absurdas teorías se apoderaban de la gente como en otro tiempo hacían los brujos y los hechiceros. En medio de las tinieblas toda la esperanza estaba puesta en el humilde farol de la ciencia, en la Medicina gloriosa que en los siglos precedentes había vencido a la viruela, la rabia, la poliemelitis y que gracias a los ímprobos trabajos de Jener, Pasteur y Fleming parecía haber erradicado todas las enfermedades del globo.
Etcétera. "
]


No hay comentarios:

 
/* Use this with templates/template-twocol.html */