martes, 22 de diciembre de 2020

El cielo puede esperar


Es injusto, cuando he subido a la azotea ya se había acabado la sesión astronómica en el cine del firmamento.
Digo yo que si ha tardado ochocientos años en producirse bien habría podido esperar a que un padre de familia volviera de recoger a su hija del conservatorio de Pino Montano.
No comprende uno la obsesión cosmológica con cumplir el toque de queda ni que espectáculos tan maravillosos no sean en sesión continua.
Ni estrella de Belén, ni supernova ni cometa, de nada me ha servido la décima que escribía hace algunos años luz para asegurarme el pase astral:
EL ENIGMA DE LA ESTRELLA DE ORIENTE
¿Acaso una supernova
o conjunción de planetas?
Probablemente un cometa,
¡ay cuando el cosmos innova!
De Siberia a Terranova
se vio en el cielo muy bien
este astronómico ¡Amén!
A saber qué pintó Giotto.
Una estela de lo ignoto
sobre el portal de Belén.
¿A quién presento yo ahora la hoja cosmológica de reclamaciones, a Yahvé o a Steven Hawkings? Porque todo el cielo era, a esa hora ya, un agujero negro.
A todo esto podría objetarse que yo hubiera debido consultar los almanaques antes de lanzarme escaleras arriba hacia la triste azotea donde solo brillaban la escuálida luna y las luminarias del Puente del Centenario.
E incluso podría haber organizado mi avistamiento desde el parque de Miraflores, pero, dejando aparte que los infinitos bloques de edificios cúbicos de Pino Montano son incompatibles con la Astronomía sucede que ¡¡¡hoy abrían los bares!!!
Y la verdad es que aunque la conjunción ha tardado ocho siglos a mí se me ha hecho más largo el tiempo que he pasado sin poder leer felizmente sentado en las terrazas populares de mi barrio de extraescolar adopción.
Ni Júpiter, ni Saturno, ni la Cruz del Sur valen lo que una Cruz Campo un lunes por la tarde.
El cielo puede esperar.
PS: Pobres Reyes Magos, -quienes por cierto tienen calle, cada uno de ellos, en el barrio de Los Carteros, contiguo a Pino Montano-, como hubieran tenido que conducirse con este par de luces antiniebla mustias que eran hoy Júpiter y Saturno me da a mí que no hubieran llegado ni al Corte Inglés del Duque.




1 comentario:

José María JURADO dijo...

Confío en que al menos pudierais trasegar un eucarístico vino.

 
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