Según la lógica Sextaria todo el que muere o enferma de COVID lo es como consecuencia de dos posibilidades:
-Sus hábitos desordenados, circulados por las corrientes del vicio donde el virus se ha hecho fuerte, es decir, por sus actos morarles.
-Los hábitos desordenados de sus familiares -ahora diremos allegados- que en el caso del óbito habrían producido -por sus malas costumbres- un homicidio.
En consecuencia y según estas tesis la enfermedad no es sino un castigo por incumplir ciertos preceptos, lo que viene siendo pecar según las tablas de la ley de una nueva religión.
¿Pero qué divinidad se esconde detrás de esta expiación?
Ellos no lo dicen, pero te lo digo yo: EL ESTADO, la más demoníaca de las deidades.
Es normal que quienes creemos en la única religión verdadera nos sintamos concernidos por lo que sucede, porque ahora no tenemos la hoguera de la herejía por el mango.
La verdad es que quemar herejes no estaba bonito, pero al menos subían al cielo, un poco chamuscados, eso sí, pero limpio el espíritu de polvo y paja.
En fin que aquí se está a lo que toque, y si hay que arder se arde, alguien tiene que ganar la palma divina del martirio.
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