Escuchaba ayer en mi paseo por la Avenida de Miraflores -todo un descubrimiento de fachadas regionalistas, patios de los Álvarez Quintero, fábricas abandonadas y chalets populares- el trío de Schubert, el Opus 100, que todos conocemos por la película de Kubrik.
Imposible no regresar a Barry Lindon, a su universo clasicista de candelabros y polvo de talco en maquillajes y pelucas. A la edad de las luces abriéndose entre las sombras, a los abismos y suertes del destino individual.
Yo creo que todo se cifra, porque lo cifra esta música hecha de angustia, belleza y muerte, de tristeza radiante como la juventud que se fue, en la famosa escena de la terraza.
Cuando Barry (Ryan O'Neal) sigue Lady Lindon (Marisa Berenson) a hacia el jardín rococó.
Esta escena es de una intensidad dramática, pictórica y emocional increíble.
PS: Quizá sea esta la primera entrega de una antología de escenas de cine.
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