El mundo antiguo, que era el mundo de la Biblia mejorado por la filosofía griega y la ingeniería romana, tenía mejores perspectivas que el mundo de hoy.
Quedó muy tocado por las guerras mundiales, pero ahí se abrió una oportunidad que con la opulencia se echó a perder.
La gente quería pasarla bien y la religión les cortaba el punto, así que se cortó la religión.
Y donde la inmensa mayoría creyó que había un acierto se abrió un abismo: sin heroicidad, ni fe, ni esperanza el destino de la humanidad es el narcisismo y el hedonismo, que es de lo que van las redes cuando se usan mal.
Con todo y eso creo que mejoramos, en la medida que pueda mejorar una nada que conduce a otra nada.
En lugar de la especie cósmica y transcendente que anunciaba Kubrik en 2001 nos hemos quedado en el simio trans.
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