In memoriam Mayra Gómez Kempf
Esta voz de los viernes,
descanso del guerrero de un país triste
que apenas sí soñaba
con un piso en La Manga o Torrevieja,
se ha apagado, un, dos, tres, in ictu oculi
La social-alegría de la tele,
obligatoria casi como un plan quinquenal,
-teníamos también La Clave en UHF
más fría que un gulag-
es hoy una nostalgia a la intemperie
de cuando España todavía era catódica
y Felipe González su profeta.
Mi infancia son recuerdos de Ruperta,
del golpe de Tejero y la EGB,
pero hoy tenemos ya cincuenta años...
... y hasta aquí puedo leer.
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