Apabullante la CARMEN del Maestranza.
Si había razones para el recelo por tratarse de una escenografía de Calixto Bieto hoy, vista la representación, solo cabe decir que estamos ante una de las grandes "Cármenes" de la historia.
Ubicada en un territorio de Frontera, ¿La Línea, Ceuta, Melilla?, los tópicos españoles del XIX son suplidos por las realidades españolas de los 70, que todavía son las de hoy.
Los dragones franceses desplegados en Sevilla son reemplazados por una compañía de legionarios, el bandolerismo, por el narco o el contrabando de tabaco, el toreo -con un guiño a Bigas Luna- por el toro de Osborne, y la taberna de Lillas Pastias por un botellón de coches desvencijados.
Así dicho puede parecer pobre; al contrario, sobre este fondo la escenografía está profusamente trabajada, con coreografías precisas y bellísimas composiciones corales, no exentas de barroquismo expresivo.
Hay, además, un gran respeto por la tauromaquia, evocada en unos lances haciendo la luna durante el intermedio bajo el gran tótem de Osborne.
A diferencia de lo que es costumbre no hay exhibicionismo vacuo en esta puesta en escena, sino que está al servicio del libreto, resucitando el sentido de la ópera: los bandoleros y toreros marginales del XIX son hoy los narcos, el crimen y la pasión reviven en la tragedia de las fronteras.
La estoniana Anu Talli ha hecho una dirección brillante y potentísima; sensacional la orquesta, el coro, la Escolanía de los Palacios y el completísimo elenco de cantantes entre las que ha destacado por su canto y sensualidad la georgiana Ketevan Kemoklidze, definitivamente una Carmen auténtica.
Lo que tiene mérito, a solo cincuenta metros de la plaza de toros de Sevilla, epicentro simbólico de la obra de Bizet.
PS: Si la adaptación al "drama negro" de USA dio la película Carmen Jones, cabría hablar ahora de una CARMEN CHONI, o, aunque Biexto la pensó hace más de veinte años, en Una CARMEN ROSALÍA, pues no es otro el espíritu del disco EL MAL QUERER, sino el de actualizar los mitos raciales sobre la realidad más real de los polígonos industriales y las pandillas de "banco" y radioCD.
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