Como un turista en su ciudad me he hecho, filatėlico irredento, con esta impactante colección de postales que dan una vuelta de tuerca, por un lado, al concepto costumbrista que viene siendo tratado intensivamente desde los tiempos de José Domínguez Bécquer y, por el otro, al concepto de postal en un tiempo en el que todos los móviles hacen de tomavistas.
Inspiradas en cierta simplificación geométrica de origen cubista propia de los años veinte y una saturación del color procedente del cómic y los dibujos animados de Disney de los cincuenta, a las que debemos algunos de los "afiches" de época más gloriosos, no puede uno sino imaginar cómo habría de ser una novela gráfica compuesta enteramente en este estilo, tan claro, depurado, misterioso y sugerente.
Esto es diseño, innovación, creatividad en estado puro. Por más que no sea un lenguaje nuevo (podría decir de él lo que se dice de todos estos lenguajes: estilo pop que no ignora una fuerte vocación abstractiva, lo que dijeron de Pablo Pámpano cuando renovó el cartel taurino con su tauromaquia) la revisitación de los santos lugares comunes hispalenses, incluso haciendo bellas las Setas de la Encarnación, me parece maravillosa.
El autor, al que no conocía, es Jerome Pradet, en su Instagram https://www.instagram.com/jeromepradet/) hay un sin fin de imágenes para dar a la estampa que habrán de perdurar.
Su Sevilla es más Sevilla que la que dan los Samsung o los Huawei.
Y más verdadera, además, en su rectilíneo cliché.
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