Georgia on my mind es una desgarrada
canción que arrastra toda la pena negra
del sur de los Estados Unidos, de esa dixiland
de plantaciones de algodón y mansiones
españolas que el viento se llevó. Ray Charles
y Ella Fitzgerald, con sus voces de humo y
terciopelo, convirtieron esta canción en el
himno oficioso de Georgia, el último estado
confederado, cuya capital, Atlanta, fue sede
de los últimos JJOO del funesto siglo XX.
Camino del Puerto de Santamaría, el sur
del sur de España, escucho a Ella cantar como
los oscuros ángeles del flamenco cuando paso
junto a Jerez y caen impasibles las bombas
sobre Georgia, la república caucásica, al sur
del sur de Rusia: No peace, no peace I find/
Just this old, sweet song/Keeps Georgia on
my mind.¿Quién puede encontrar paz interior,
frente a las brutales imágenes de los desastres
de la guerra, de los dolorosos ancianos
y campesinos de Georgia, sufridores de mil
batallas, irónicos compatriotas de Stalin?
Y no puedo dejar de sentir la enorme frivolidad que
supone hacer literatura de la guerra, mientras
los aros olímpicos ruedan por las pantallas como
caen las bombas sobre Georgia. También los Beatles
jugaron con el doble significado topográfico:
And Moscow girls make me sing and shout/
They Georgia's always on my my my mind.
La canción: BACK IN THE USSR, pues eso.
domingo, 10 de agosto de 2008
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