domingo, 29 de marzo de 2009

Un soneto impagable

Un amigo me insta a publicar un soneto repentista, escrito sobre la base de un endecasílabo que, en otro lugar, hablaba de las azoteas de Triana, mientras paseábamos por un pueblo muy blanco de Andalucía.

Los sonetos, como los haikus, los carga el diablo, se empieza por querer decir una cosa y se acaba diciendo la contraria o lo que es peor, las dos a la vez o ninguna de las dos.

Hace no mucho Enrique Baltanás escribía con gran acierto sobre esta circunstancia.

Por eso prefiero los sonetos de madera, como los llamaba Neruda, los que no tienen la rima que condicione el sentido: todos los sonetos rimados ya están escritos, seguramente Borges escribió el penúltimo.

Como lo que me pide este amigo es como si me lo pidiera mi padre, y en atención al carácter toscano de esta columna (¡tan lejos de Dante y de Petrarca!) ahí va:

PUEBLO BLANCO

Abstractas azoteas del sonido,
disonancias cubistas de la tarde,
sincopado zaguán, calleja que arde
en la arista del cielo con su ruido.

Nubes de cal y sol, sol sostenido
en el alambre de los tendederos,
pentagrama de bragas y sombreros
por un limpio temblor estremecido.

Pasadizos de rejas y canceles,
panoramas de esquinas superpuestas
y manchas puntillistas de claveles

encima de las sumas y las restas.
Extravío solar de los pinceles,
expansiva blancura de las cuestas.

Solicito la ayuda del curioso lector para el segundo cuarteto -en el que deliberadamente alterné la rima-, la mejor opción eufónica en el séptimo verso es decir “bragueros”, pero me avisa este buen amigo del ortopédico significado de esta palabra y no, no es lo que vimos colgando entre la ropa tendida.

Si decimos “ligueros” adquiere una suave connotación erótica acorde con el octavo verso, que podemos reducir a la nada con un maternal “baberos”.

Lo más parecido a lo que vimos fueron en realidad unos pantalones “vaqueros” que lastran el verso con su tela pesada, así que lo dejaremos en “sombreros” en esta versión porque siempre hay que optar por la aliteración antes que por el significado, a la espera de que las hernias se sujeten de otra forma y podamos recuperar el término previsto con la intermediación del Ministerio de Igualdad.

Bragas y bragueros como "miembros y miembras".

Como es obvio que la composición no va a figurar en mis obras completas, ni en mis “Collected posts”, remitan las sugerencias a mi improbable editor y amigo, que les quedará muy agradecido.

El pueblo podría ser Arcos de La Frontera, pero como allí hay un poeta en cada esquina (o al menos un azulejo que así lo dice), lo titularemos Pueblo Blanco (aunque sea consonante) que es como no decir nada, ahora que la Peri-Rossi ha alcanzado el grado cero de la poesía y todo da igual, como el Ministerio.

PS: Me escribe mi amigo para decirme que no comprende lo de "las sumas y las restas", le recuerdo que lo transcribí sobre la cuenta del almuerzo que el había acordado pagar previamente. Y como la intención de cobrador de impagados de esta columna del frac queda, al fin, dilucidada, cambio su título en el capitel.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

mi buen Juardo, yo propongo un "bajero", que es esa prenda blanca que va justo entre las bragas y la faldas. Y seguro que visteis alguna en forma de "enaguas". Un abrazo virtual.


J.r.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Es un buen soneto. Y no importa si la rima te obligó a decir lo suyo. Lo importante es que no se nota. Prefiero los bragueros a los sombreros. Lo de los baberos es también impagable. Ando dándole vueltas a prendas que acaben en -eros y sólo se me ocurre algo así como "pentagrama de bragas del dios Eros", pero sobra conceptualmente la palabra "dios". Muy fino el análisis del soneto, amigo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Qué lástima que un pajarillo no se posara en los alambres, para que fueran "pentagramas de bragas y jilgueros". También podrían haber sido "pentagramas de tangas traicioneros" (buscar una prenda de género -que no de sexo- masculino, te permite un adjetivo adecuado), pero nos adentramos en un erotismo que parece que no quieres tocar, con perdón.

En cualquier caso, no me disgusta el soneto, amigo.

Anónimo dijo...

Airosa la libranza del pedido
con su albarán de gracias y su alarde
de discreción, pues fuerza es que se guarde
abstractas azoteas del sonido.

En cuanto al verso siete, corregido
ya viene por lectores más certeros;
no voy a tapar yo los agujeros
que del roce a las bragas le han salido.

Pero en el pueblo no faltan burdeles,
caciques y señoras peripuestas,
cárceles, concejales, rimas crueles

por los designios del soneto impuestas.
Perdona, pues, si pierdo los papeles,
y gracias por las rimas que me prestas.

R.H.

José María JURADO dijo...

Querido JR, nunca he visto un "bajero", soy todavía muy inoncente.

Apreciado Jesús, me gusta la referencia al dios Eros, pero el soneto sería tildado de culturalista y eso ya no se estila...

Eximio Juan Antonio, tu propuesta es muy buena, ambas, pero me da lástima ubicar a tan hermoso pajarillo dentro de la ropa interior, si le das una vuelta esto del pájaro es más "erótico" que lo de los/las tangas.

Incógnito R.H., me recuerda al H.D. el anglosajón desconocido de tan reconocida obra. Ya que se ha molestado en dedicarnos un soneto tan bien cincelado, descúbrase el braguero, perdón el antifaz. En serio, muchas gracias, me abruma usted. Ha dado en el roto con los versos:

"no voy a tapar yo los agujeros
que del roce a las bragas le han salido"

Son unos comentarios, éstos sí, impagables.

Anónimo dijo...

Amigo José María, perdón por el antifaz, a veces firmo así apresuradamente, no sé si por timidez o desconfianza en la importancia de lo personal de cada uno. Me presento ahora debidamente, Rafael Herrera Montero para servirles. Y ya puestos, acabo de darme cuenta de que lo del jilguero y las bragas es de lo más catuliano, vaya.
Otra notita: lo malo del soneto repentista es que está sujeto, paronomásicamente, al arrepentimiento más que cualquier otra composición. Por eso jugando con la aliteración y sacando la palabra rima, más bien propondría la variante:

cárceles, concejales y cuarteles,
y otras cosas igualmente funestas/molestas.

Pero en fin, valía la pena señalar la fatalidad del soneto.

Y ya me estoy enrollando mucho, qué abusón. Encantado y un saludoa bragueta, digo careta descubierta.

R.(afa) H.(errera)

alelo dijo...

Esta ha sido una de las entradas que más me ha emocionado de esta columna toscana. Por una entrada y sin que sirva de precedente se ha convertido en lo que te dije un día: una comuna toscana. Y los comuneros magníficos, excepto yo que como sabes no tengo remedio.

Y sí, si has visto bajeros. La inocencia la perdimos en un lugar remoto de una sierra verde y fresca de la provincia que un día te vio pacer.

Un abrazo.

José María JURADO dijo...

¿Y dónde los vi que no me acuerdo?
Un abrazo, rumbeiro, acorde con tu emoción.

 
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