martes, 19 de enero de 2010

Las invasiones bárbaras

Que a uno lo invadan los vikingos tiene un pase épico, lo hicieron en Sevilla varias veces en el siglo IX, Guadalquivir arriba, y dejaron la ciudad llena de ojos azules.

Es su tarea: invadir, procrear, devastar ciudades.

Pero traerse los vikingos a casa me parece a mí que es un error imperdonable del que voy a tardar unas semanas en reponerme: dedico las noches al estudio de la Volsunga Saga y descrifro las odiosas runas mientras contemplo, exasperado, los astillados troncos con los que me hice, maldita la hora, en el puerto de Ikea.

Tengo que hacer una cabaña con ellas para proteger a mi familia in crescendo en el bosque wagneriano, pero no hay forma. Y mira que en los escenarios de las óperas se ven tan bonitas, tan bien hechas, sobre un árbol o en una montaña nevada, mientras pasan las valquirias dando voces y los nibelungos se comen las estrellas.

Pero uno está solo y bien solo, aquí entre los arbustos, y los lobos aúllan al teléfono y la negra noche se cierne sobre nosotros, que apenas podemos mantener el equilibrio sobre un magma informe de tablones, como en una nave desfondada que poco a poco se va a pique.

Si pudiera haría una hoguera con todos estos cajones, barras, puertas e ininteligibles pomos, solo quedarían las bisagras y los renegridos tornillos, sueltos, como las fíbulas de un museo arqueológico, ¡oh edad dorada del kitsch galvanizado y pop, oh días del metacrilato! ¿Por qué dejamos volver a los rudos bárbaros del norte y a toda su escuadra de feroces carpinteros? ¿Cómo se podrá levantar, no un templo, sino una columna toscana con unas pocas (miles) de astillas?

Pero no, no me derrotarán he de seguir estudiando este maldito “lenguaje del alba”, los vikingos no podrán jamás conmigo que soy de la estirpe de Pizarro y de Cortés. Le he puesto una vela tipo Malgørörrr a mi avatar y, aunque la batalla sea encarnizada, al final clavaremos juntos la estaca de abeto sueco en el corazón malévolo del dragón azul y amarillo.

Entonces será el ocaso de los dioses y haremos una casa de buena piedra de istria mientras mugen, al paso, los lánguidos canales, porque es que no para de llover.

9 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Este es el lamento ikeako (nuevo género de nuestra época) más simpático e inteligente que he leído jamás.

alelo dijo...

Vamos a ver... ¿Tú no has visto una línea blanca que recorre el suelo de Ikea desde la entrada hasta la salida? ¿Es que no te fijaste? ¿Es que no te advirtieron que no abandonaras con el carro "laputalaraya" pasara lo que pasara? ¿No te dijeron que aunque tu querida esposa reclamara tu presencia con cantos tipo "yujuuuu, cariiiiñoooo, ven sólo un momentoooo" siguieras cual Ulises aferrado al pasamanos del carrito sin moverte un ápice? ¿Acaso él volvió a Itaca cargado de cachivaches y artefactos que luego no valían para nada? ¿No te diste cuenta que sin apenas moverte el carricoche se iba llenando sólo? ¿No es eso brujería? ¿Nadie te ató al palo mayor?

Lo siento amigo pero en penitencia tendrás que montar las estanterías tú solito (No sé por qué pero ellas siempre desaparecen del hogar en el crítico momento del levantamiento y "atornillamiento" del armatoste o similar)

Un abrazo y ánimo.


Fdo: Uno que sabe lo que dice.

Anónimo dijo...

Déjate de Volsunga Saga y hazme caso: estudia el libro de este otro vikingo ya verás que las ninfas Saturnias son mucho más dulces que las Valkirias germanas...

José Miguel Ridao dijo...

Buenísimo, de lo mejor que te he leído.

Lo de Ikea es un Timørg en toda regla.

José María JURADO dijo...

Gracias a todos por vuestro ánimo, pero las tablas siguen tiradas por toda la casa.

Fede dijo...

Hey! mi pueblo (Coria del Río) fue invadido y devastado por lo vikingos que en pleno éxtasis de Calvados (supongo) pensaron que estaban arrasando Sevilla, que quedaba unos kilómetros río arriba, jejeje...

Lo mismo yi he salío con esta pintya de guiri "because that"... ;-P

José María JURADO dijo...

Fede, tu pueblo es muy raro, entre los vikingos y los japoneses soy capaces de cualquier cosa, así son de guapas vuestras mujeres...

Fede dijo...

Ya te digo José María, pueblo ribereño preñado de culturas antiguas y diversas, ahora estamos siendo colonizados por los Canis, jejeje... ;-P

carlos blay dijo...

Mucho friki en Frikea.

Abrazos.

 
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