Tchaikovsky no estimaba demasiado los ballets, caprichos y oberturas que lo hicieron célebre en vida y que probablemente surgían de una deliberada voluntad de escapismo. En sus sinfonías, en cambio, la música del más atormentado e intenso de los compositores rusos nacía, como la prosa de Dostoievsky, de lo más profundo y trágico del alma eslava. Difícil imaginar más tristeza que la que alberga el cuarto movimiento de su Sexta Sinfonía, "La Patética", Adagio Lamentoso, estrenada nueve días antes de morir en las circunstancias no bien aclaradas que todos los melómanos conocen.
Ahora que hace frío y se han acabado las vacaciones, vendrá bien.
Sinfonía Patética
La música es un río de agua helada que recorre comarcas de silencio, paisajes de cristal, cuentos de hadas. Sobre la blanca superficie de su cauce los violines se deslizan como cisnes y la aurora pulsa el arpa de la escarcha para el cielo trágico de Rusia, constelado de cúpulas de oro. Pero hay otros sonidos más amargos que fluyen en el lecho turbulento igual que un banco de anguilas espectrales por el fango de la taiga. Una lámina de hielo los separa, tan fina como el disco que ahora gira por una sola cara de la angustia.
IV Movimiento, Adagio Lamentoso (se escucha con un ¡click!)
Actualización de EL LECTOR DE ALMANAQUES
sábado, 9 de enero de 2010
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5 comentarios:
Ese 4º movimiento de la Patética es prodigioso, José María. Muy bueno el poema, especialmente el final.
Un abrazo. ¿Y esos Reyes?
Muchas gracias, José Miguel.Aunque haga frío sé siempre que hay un melómano de guardia.
Los Reyes han traído a Chopin, en concierto -la integral del Maestranza- y en el cofre de Brilliant y, como te puedes imaginar, una nueva montaña de libros más difícil de escalar que el Karakaorum.
Gracias.-
Pero con el año nuevo, ¿no toca escuchar sólo a los Strauss y la marcha Radetzky?
Prodigiosa este año la interpretación del Danubio Azul, no sé si la seguiste a pesar de tu catarro.
Y eso, que Tchaikovsky también nos gusta. Y cómo lo recreas también.
(Y no vale poner lo mismo en dos blog. Es trampa).
Caro LC, hay que escuchar a Strauss, a Richard Strauss.
Soy forofo del concierto de año nuevo y el viejecillo francés estuvo genial.
Lo de los blogs es márketing, otra forma de la trampa.
Agur.
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