No sé dibujar y ayer renuncié a los caligramas en Getsemaní, pero entre mis papeles de 1999 cuando volví a Sevilla para quedarme he recuperado este dibujo, que se publicó originalmente en UN CUADRO CADA DÍA.
Recuerdo que lo titulé "Infancia y Muerte", aunque es un título fácil no sabía entonces del poema de Lorca del mismo nombre:
Para buscar mi infancia, ¡Dios mío!
comí naranjas podridas, papeles viejos, palomares vacíos,
y encontré mi cuerpecito comido por las ratas,
en el fondo del aljibe y con las cabelleras de los locos.[---]
Que no se dibujar es patente, pero participa de la atmósfera macabra e inocente de esta serie de Cuaresma que D.m. se dará por acabada el Domingo de Ramos, fin de la Cuaresma y término de mi estancia en los desiertos de la luz (A. Colinas).
Digamos que es la portada once años antes. Día 0.
Nota: he reformado el día 36, burlando las directrices sobre la paridad del ministerio misterioso de igualdad. El número de ahorcad@s ahora es 1,¡ qué me pierde la vanguardia!
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