Para Ángel Ruiz, por su recomendación de ayer.
La madera, lo mismo que la carne, es materia caduca, alimento de larvas, carburante del fuego. La madera, lo mismo que la carne, se tiñe de pinturas y barnices, se viste de ropajes estridentes, encubre su esqueleto de rota marioneta. En los nudos del tronco y en las vetas lechosas son visibles los huesos, los cartílagos, el ramaje de venas que palpita en la piel. La madera, lo mismo que la carne, florece en primavera, cuando el gran equinoccio gravita sobre el mundo y las flores de almendro se posan en las ramas y las bocas se posan en las bocas. La madera, lo mismo que la carne, no opone resistencia, los hierros la traspasan y la dejan abierta, colgando del vacío. A la luz mortecina de la cera de marzo acudimos en filas a la hoguera, bajo el gótico asombro de los bosques de piedra que custodian las llamas, resueltos en ceniza y vuelo de ave fénix.
La madera, lo mismo que la carne.
domingo, 7 de marzo de 2010
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6 comentarios:
Gracias por la dedicatoria de una entrada de esta excelente serie. Y este texto impresiona.
Poesía.
Vaya serie que estas escribiendo, auténtico lujo para nosotros, los lectores.
Otro abrazo.
josé maría, alucinante, muy bueno tío
Me gusta mucho lo que estas escribiendo, Eres un gran hombre, con un gran corazón.
José María, he preguntado por tu libro en dos librerias y no lo tienen, ni saben nada de el. ¿Me puedes decir donde encontrarlo?
Gracias, un saludo.
Esta capacidad de la madera de recordar a la carne es lo que está haciendo a los anglosajones quedarse sorprendidos ante tanta belleza (Londres, Washington). "Lo sagrado hecho real".
Quizá el único que ha conseguido transmitir tanta fuerza con el mármol blanco ha sido Miguel Ángel. Su modo de esculpir la Piedad (la del Vaticano, las otras, ya anciano) son de una fuerza deslumbrante. No necesitan ser policromadas.
Y nuestra carne, al final, dará abono a las flores o comida a los peces.
Gracias, amigos.
Isabel, en la Calle Pintores de Cáceres, en la Institución Cultural el Brocense, hay un servicio de publicaciones. Si no lo encuentras ahí puedes preguntar en El Buscón o en Boxoyo.
Lorenzo, Miguel Ángel, ah Miguel Ángel. Mi Piedad favorita es la de Florencia, la que está inacabada en Santa María de las Flores, donde la medre es él, su propio rostro, un compendio te teología.
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