ANTONIO MAIRENA, por PABLO PÁMPANO
Allí es donde dentro de un rato Miguel Poveda cantará sus "Alfileres de Colores", sobre el albero puro de una academia de danza.
ANTONIO MAIRENA
Con la boca vaciada por cucharones de azufre, con carbones de nieve en la garganta, lleva en la mano una herradura fría. Hay esquirlas de tinieblas en sus ojos, la muerte no le aguanta la mirada, un mascarón de bronce en el balcón hiende la noche rajada de las saetas. El cante es una angosta chimenea por donde suben y bajan las almas demolidas, los espectros de larga cabellera que chillan con el rostro deformado en la faz barrenada del oráculo. Puerta del purgatorio, abierta como un horno de piel y de sonido, cuando el silencio alimente tus negros caracoles habrá un agua amarilla que se quede y un calabozo abierto para el aire, pero no sabremos dónde.
Y al toque, Juan Gris, nunca ha de faltar una guitarra, (alegría, alegría) y pena, mucha pena.
GUITARRA ESPAÑOLA
Ciprés y palisandro,
potrillo de madera taraceada,
clavijero de dientes y cabeza partida,
brida y freno del llanto.
Una azumbre de vino y una baraja rota,
la mano tabernaria sobre las crines tersas,
el relincho cubista de la alborada gris.
Al borde del barranco,
el trémolo del naipe y de la gruta,
al borde del barranco,
el agua clara:
una Alhambra prendida de cristal en las cuerdas,
un manantial punzado por navajas y pitas,
el alma rasgueada de la patria.
Guitarra,
caballo de los blancos desiertos españoles,
Rocinante vencida que cabalgas
-solitaria y fatal-
bajo la luna.
4 comentarios:
Veo que el flamenco te inspira como los toros, o como la MÚSICA. Ya podrías aficionarte, y emular a los cabales.
Un abrazo jondo.
Gracias, amigo.
Qué bien queda en tu blog, rodeado de tan lindas letras.
Bienvenido, José María, ¿que tal las vacaciones? Espero que bien, y la familia? Imagino que estupenda y fantástica.
Tus versos, hablen de lo que hablen, siempre llegan al fondo, al sentimiento; y para colmo nos trae las pinturas del amigo Pablo. tal para cual. Dos artistas reunidos por la mágia del blog. Qué suerte!
Felicidades para ambos.
Grande, José María. Esos sonidos desgarrados son la historia de un pueblo que celebra y llora por bulerías y soleares.
¡Qué bello leerlo en el trazo de tus letras!
¡y qué bien enlazado Pablo con Juan Gris!
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