[ANTIGÜEDAD SEVILLANA]
Quienes acudan el Domingo de Resurrección a la pequeña capilla armenia de la calle Varflora en el Barrio del Arenal podrán degustar, como cada año desde hace casi dos siglos, la más exquisita mermelada de rosas, según el sibarita juicio del divino Lord Byron.
Son bien conocidas las peripecias en la ciudad del
autor de “Las peregrinaciones de Childe Harold” quien pasó por Sevilla hacia
1809, como recuerda una lápida de
cerámica junto a la taberna de “Las Escobas” en la Calle Álvarez Quintero, muy cerca
de la Catedral. Hasta la saciedad se ha referido la anécdota de aquella trenza
morena, de cerca de tres pies de largo, que remitió a su resignada madre
rogando que la custodiara hasta su regreso a Londres y que, más que un trofeo
amoroso, habría que considerar como un mixtificado emblema de la castidad,
cuando no de la más lánguida impotencia.
Menos conocida es, sin embargo, la historia del
salvoconducto que, antes de partir hacia su prematuro y trágico final en Messolonghi,
expidió en Génova a favor de un joven novicio de la comunidad mequitarista armenia
de Venecia al que encomendó a su amigo Francisco Genaro José de Borbón, príncipe
heredero del reino de las Dos Sicilias. A pesar de ser diez años mayor que Byron,
Francisco Genaro lo había acompañado en varias de sus correrías nocturnas
durante sus años del exilio napoleónico entre Palermo y Londres y había sido su
anfitrión en Nápoles, para disgusto de su padre el Rey.
ESCUDO DEL REINO DE LAS DOS SICILIAS
Sí que hace constar en repetidas ocasiones el
goloso capricho que suscitaba en Byron la mermelada de rosas, preparada por los
monjes con la misma delicadeza y paz espiritual que la dedicada a su laboriosa
e ingente tarea traductora, pero que en los decadentes labios del Lord adquiría
un brillo sangriento y satánico. La consumía en cantidades ingentes y la hacía
enviar con regularidad a sus amistades, entre ellas al propio Goethe que en
algún lugar de sus conversaciones con Eckerman se felicita de esta golosina
“que reúne la salobre y embriagadora brisa
oriental de la Laguna con la persistente y ponzoñosa esencia de Heliogábalo”
LAS ROSAS DE HELIOGÁBALO PORALMA TADEMA
Constituye esta abadía de San Lázaro, junto con
la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén,
la principal embajada nacional del venerable pueblo armenio, primero en
adoptar el cristianismo como religión oficial hacia el siglo IV de nuestra era.
Debido al bloqueo naval que por entonces ejercía
el Imperio Otomano sobre los principales puertos del oriente mediterráneo no
era posible el retorno del díscolo frailecillo a la vieja Armenia, así que Francisco José de Borbón lo acogió en su
palacio. A los pocos meses se confirmó la muerte del poeta; tras la lectura del
testamento que reservaba una parte para la abadía, y tras varias cartas
cursadas con el archimandrita de San Lázaro -el sabio monje Agverian- hoy
perdidas, dispusieron finalmente su traslado a la ciudad de Sevilla por consejo
del príncipe, aunque el primer destino que se barajó fue Barcelona, junto con
dos o tres clérigos más, lo que debió suceder hacia octubre de 1824 según los
indicios de Moore para fundar la segunda Iglesia Armenia de Occidente.
EMBLEMA DE LA IGLESIA CATÓLICA ARMENIA
El legado de Byron había sido generoso y aún no
se había roto el comercio de ultramar, de manera que, durante años, la pequeña
capilla de Varflora, fue un refugio espiritual para numerosos emigrantes
armenios de camino a los puertos de Cádiz o Málaga, rumbo a América, alcanzando
su mayor actividad en los años veinte del siglo pasado cuando el funesto
genocidio llevado a cabo por el estado
turco convirtió en exiliados forzosos a la mayor parte de la población. La
neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial facilitaba el tránsito hacia
Francia o Argentina desde Sevilla, adonde llegaban procedentes de Alejandría o
el Líbano.
Canónicamente esta capilla, consagrada a San
Judas y San Bartolomé, primeros apóstoles de Armenia, depende del exarcado de Beirut, aunque está adscrita suis juris a la Iglesia Católica romana con la que está en plena
comunión, como toda la orden mequitarista; económicamente, sin embargo, ha
dependido siempre de San Lázaro por lo que durante gran parte del año hay muy
poca actividad.
El alboroto taurino del Domingo de Resurrección
o el eco de los últimos tambores de la cofradía de la Carretería la tarde del
Viernes Santo oculta a muchos sevillanos el trasiego que esos días suele haber
en el lugar, al que acuden numerosos presbíteros con sus mujeres e hijos para
preparar las celebraciones de la Pascua pues, como gran parte de las iglesias
orientales asimiladas, los sacerdotes (pero no los patriarcas) tienen permitido
el matrimonio. Se los suele tomar por turistas extravagantes, lejanamente
rusos, debido a los negros hábitos ortodoxos que portan y que deriva en un
singular contraste con el almagre y la cal de las casas y callejas adoquinadas,
aún cubiertas de cera. Mucha gente los confunde con los cada vez más escasos
miembros de la secta del Palmar.
LA COFRADÍA DE LA CARRETERÍA POR JOAQUÍN SOROLLA
Merece la pena asistir a la vigilia pascual,
los servicios religiosos se desarrollan según el rito oriental y en lengua
armenia, los cánticos monódicos son de una alta tensión espiritual y las ropas
talares, con textos bordados en oro de las sagradas escrituras, dan una
gravedad a la liturgia que, por algunos momentos, puede llegar a cortar la respiración, pues se
tiene la sensación de haber sido transportados a la Hagia Sofía de Bizancio.
Al término de las ceremonias se celebra un
banquete en el pequeño patio, es entonces –y durante la mañana del Domingo de
Resurrección- cuando se puede comprar la mermelada de rosas que traen todos los
años de Venecia y que tanto sedujo al satánico Byron.
En la feria de abril de 1967 Charles Aznavour
giró una visita a Sevilla y con tal motivo hizo una importante donación a la
capilla. Las crónicas de la época lo retratan rodeado de sus consagrados compatriotas
revestidos de negro litúrgico, parece ser que apurando manzanillas y cantando
hasta el amanecer, e incluso por sevillanas, además de viejos aires armenios, la
popular canción “Venecia sin ti”, que como nadie ignora está dedicada a la Isla
de San Lázaro y es el himno de la comunidad Armenia en el exilio, este
orgulloso pueblo caucásico que contempla las nieves perpetuas del monte Ararat
donde encalló el Arca de Noé, cuyo delicado relieve se puede admirar en el frontispicio
de la capilla de la calle Varflora.
EL ARCA DE NOÉ POR GUSTAVO DORÉ
7 comentarios:
Es una historia muy interesante. Soy un armenio y llevo viviendo en Sevilla 15 años. Habiamos descubierto de que los armenios han jugado un papel muy importante en el comercio de andalucia. Por eso vine a la paroquia que ya se ha cambiado de nombre para saber algo y estaban de reforma. Hoy he venida a la misa de Santa Cruz y espero saber algo después de la misa. Iré comentando por aquí para el que quiera saberlo las novedades.
Querido amigo, aunque hay testimonios armenios en Sevilla, un obispo enterrado en San Vicente, cuya historia desarrolló el gran historiador Domínguez Ortiz y aunque en Cádiz, pero esto lo supe luego, hay muchos restos de Armenia incluso una taza de bautismo y un podible dulce de Cuaresma, siento informarle que la tradición que aquí se cuenta es solo un juego literario y una leyenda inventada... Se que no es la primera persona a la que lw sucede, recordemos el adafio latino sw que si non e vero, e bem trovato.
Hola amigo. Muchas gracias por la información. Ya pensaba yo de que eso es muy difícil que existiera en estos momentos, porque si fuera así, nos entraríamos de unos otros porque aquí hay muchos armenios.
Lo del obispo de san Vicente lo averigue hace unos 10 años, es San Jorge Adeodato. También conozco lo de Cadiz. Estamos haciendo unas peregrinaciones cada 2 años. Además hace 2 años me hice hermano de la cofradía de Jesús Nazareno.
Me gustaría conocerle y le contaré más cosas de lo que conozco y sobre la comunidad Armenia en Andalucía.
Hace una semana hablé en el canal sur radio.
Y si usted conoce o sabe más historias, podrá contarnos. Muchas gracias
Gracias!!
Cuando quieras podemos quedar para hablar de Armenia en Sevilla.
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