Y para celebrar el aniversario del Príncipe de los ingenios españoles, doy por aquí el "Coloquio de Cervantes y Lope", perteneciente al libro "Cúpulas y Capiteles" (Siltolá, 2011).
Feliz día del libro, feliz día de San Jorge y feliz noche del alumbrado en la Feria.
COLOQUIO DE CERVANTES Y LOPE
(Calle del León, esquina Francos, Madrid, 1616)
Siempre hay
una luz en esa casa, a todas horas don Miguel escribe, calle arriba de Francos al
León, con la espuela ya puesta en el
estribo y el cuerpo deformado por el agua. Pobre viejo. Me avisan sombras
negras que no salga, pero Amor no me da tregua, calle arriba la noche me seduce
con su fuego y yo no soy más que un comediante que ha saldado su talento en las
corralas. Miro otra vez la luz estremecida, ¿qué
tengo yo que mi amistad procuras? Te enfrentas a la muerte con la pluma
como si fuera el yelmo de Mambrino y es tan heroico el mundo levantado en tu
escritura que por cierto se confunde con la vida. ¡Oh, cuánto fueron mis
entrañas duras! ¿Cómo
pude enviar a mis secuaces a encerrar a tu Quijote en la casa del Nuncio de
Toledo? Toda mi vida es sólo un decorado, fracasé en Inglaterra con la Armada y apenas fui capaz
de sostener a Cristo entre mis manos. Pero tú has conocido la cárcel y la
pólvora gloriosa que mutila, la burla de la Corte , los destierros y el desprecio vergonzante
de las mujeres de tu casa y aún eres amigo del perdón y de los hombres. Debiera
golpear la aldaba de la puerta, y, ofrecer a su merced las buenas noches.
Mañana, don Miguel, mañana mañanamos.
[Cervantes]:
Tejados de
Madrid, diablo cojuelo, algarada de eunucos y rufianes, calle abajo del
León a Francos, del corral a la noche Lope pasa, barraganas, blasfemias,
embelecos, la ronda villanesca de los cómicos y las flores de Olmedo deshojadas.
Cerremos los postigos, Sancho amigo, basta ya de comedias de la Corte que yo jamás veré
representar las mías, mientras que a este bribón mudado a sacerdote el vulgo lo
idolatra y lo festeja -¡es de Lope!-, y por culpa del lopesco Avellaneda
cabalga fatigado Don Quijote tras el Carro de las Cortes de la Muerte. El mundo es un
teatro, Sancho bueno, y también es un teatro la escritura, después de tantos
años de trabajos sólo dispongo del viento en los molinos, de los odres vacíos y
las almas gastadas por la pluma. Aquí tienes tu ínsula de sombras. ¿Dónde está
la verdad y quién la finge? Habrás de saber, amigo Sancho, que trocaría harto
contento mi Persiles y aun la gloria perpetua de Lepanto por una sola de sus
rimas. ¡Pasa, Lope! Calle abajo del León a Francos, Fénix de los Ingenios,
Monstruo de la Naturaleza.
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