Memoriae sacrum patris
Dios ha nacido hoy en los almendros,
un enjambre de luz revolotea
sobre las tiernas ramas encendidas.
Era la tierra áspera y estéril,
sobre los surcos fríos tiritaban
las hileras de árboles sin nidos
y en el páramo yerto cada
tarde
un sudario de niebla amortajaba
los espectrales campos del silencio.
Mirad ahora las guirnaldas vírgenes,
las coronas de pétalos y nubes
que ascienden y descienden de los cielos.
Es el año tercero de tu muerte
y aún la primavera me
amenaza
con su exceso de rosas y gusanos
de seda donde tiemblan rayos de oro
y zumban las abejas y los pájaros
alzan el vuelo y cantan nuevos himnos
para Dios que ha nacido en los almendros.
"Aquel almendro en flor ya lo sabía"... Cáceres, abril de 2015 |
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