Magníficas estas "Variaciones sobre Budapest" de Sergi Bellver. Pienso que no deberían perdérselas ninguno de los que alguna vez hemos caído subyugados por la misteriosa capital danubiana, con sus múltiples capas: socialista, nacionalista, romántica, austríaca, otomana, magiar y romana; capas que el autor en su deambular nómada por la ciudad va separando y desentrañando para sus lectores desde las mil perspectivas desde las que se asoma a este París de la Europa Oriental, donde empieza el Asia.
Budapest, a diferencia de París o Venecia, hiere más sigilosamente, pero si la flecha magiar da en la diana, el corazón queda anegado para siempre de una melancolía de alta graduación, como el lamento de un csarda zíngara, como la tristeza bailable de las danzas húngaras de Brahms.
Estas variaciones no pretenden ser ni un libro erudito, ni un libro de acción (el viajero siempre observa, apenas llega a fundirse con los húngaros -cuestión, como se explica en el texto y es leit motiv de la obra, siempre compleja-, en cambio sueña, imagina, simula esa fusión tan propia del buen nómada) , sino el registro de los pensamientos de un "flaneur" que se condujera por la ciudad como -pero hay tan pocos- un turista sensible, con las lecturas precisas bien preparadas que se echara a la calle demoradamente para -porque esto es el viaje- vivir la vida de los otros, ser otro al fin en el espacio, pero también en el tiempo histórico.
En su deambular por el Danubio he recorrido otra vez mis pasos por Budapest, he recuperado mis epifanías y he sentido, y creo que este es el mejor elogio que se le puede hacer a un libro de viajes, que de nuevo estaba en las Colinas de Buda. La literatura deja siempre, la buena claro, la impresión de un recuerdo, cuando la literatura nos transporta a otros mundos y cuando esos mundos han sido ya avistados, produce directamente la magia magiar de devolvernos el ser ahí.
Una joya de apenas 120 páginas en la que se convocan las voces queridas de Joseph Roth, Sandor Marái, Stefan Zweig o Claudio Magris y un texto en el que el estilo fluye natural, como una conversación del yo viajero, como una danubiana corriente de conciencia con momentos tan altos como este de la p. 86 en la que se describe la áurea epifanía de las luces y las sombras que reverberan en la cúpula de unos baños:
"me sorprendió una maravillosa luz crepuscular que como una epifanía y sin ninguna explicación me hizo sentir de una vez todas las capas de la Historia en Budapest, como si en los vidrios tintados de cada tragaluz de la cúpula otomana, en cada uno de los ladrillos en equilibrio de la posquerra y en cada calva desconchada de la pintura comunista hubiera una frase cantada por un coro de voces que, a través de aquella transparencia iluminada entre los hilos de vapor y los pétalos que caían de los árboles, me susurraran uno de los secretos de la verdadera naturaleza de esta ciudad".
Lo publicó en 2017 la editorial "La línea del horizonte" en una preciosa colección "Cuadernos del Horizonte" y su precio es solo de 12 euros, menos que un bonobús de 10 viajes.
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