Estrésate en casa

Después de una larga y acumulada experiencia quedándome más de veinticinco años en casa o en la oficina (¿juventud, fue juventud la mía estudiando seis años de carrera encerrado en mi cuarto?) nunca me habían estresado tanto por pasar un viernes tumbado en el sofá como cualquier otro.

Yo esto del quédate en casa de verdad que no lo entiendo, ¿tanto sale la gente? ¿Tanto le cuesta quedarse? ¿Qué hacen cuando llueve? ¿Cuándo los niños enferman? ¿Nunca han tenido que estudiar un examen?

Estoy cansado de las actividades para hacer con niños en casa que envían (hasta 42 en un mural) al wsp, ¿qué sucede, que han descubierto que tienen personitas en casa que no saben divertirse solas?

Estoy cansado de las agendas con los conciertos de instagram, de las revistas en PDF (El Hola...) y de las series en abierto ¿esto no existía antes? ¿Nadie pirateaba? ¿Acabáis de descubrir INTERNET?

Cuánta razón tenía Joseph de Maistre cuando decía que los problemas del hombre nacían -todos- de no saber quedarse en casa...

Pero la realidad es que la gente no está ni en la casa ni en la calle, sino enganchada al móvil y sin tiempo de hacer las actvidades que nos mandan por wsp.

Tampoco comprendo, y creo que entra en el ámbito de la manipulación total, que las bolsas se desplomen más que cuando estalla un conflicto militar, o pasa un huracán de esos que asolan Miami tres veces al año. A mí me daba infinitamente más miedo, pongo por caso, el Estado Islámico.

Claro que entonces el discurso era hacer frente y no quedarse en casa: pero no tiene sentido que esté la gente más panicada y emparanollada ahora que cuando hubo que llenar la ciudad de maceteros y las procesiones iban precedidas de militares con fusiles de asalto que había en todas las esquinas de la ciudad.

¿Se os ha olvidado?

El virus se contagia como se contagian todos los virus, y por salir a dar un paseo al parque, andar una hora o ir a comprar el periódico o el pan, manteniendo la prudencia y la higiene recomendadas NO PASA NADA, ni esto es el ébola, ni quedarse en casa cuando hace mal tiempo es el fin del mundo.