viernes, 2 de octubre de 2009

Noche en los Alcázares

El otro día fantaseabamos acerca de los escenarios apropiados para la Poesía, dos semanas más tarde hemos tenido oportunidad de añadir a la nómina soñada un Castillo Moro, un Real Sitio o, en fin, unos Palacios Mudéjares, que todo esto y más son los Reales Alcázares de Sevilla, de los que fuera guardián preclaro el siempre llorado Joaquín Romero Murube.

Fue en la celebración de San Gabriel, patrón de los Ingenieros de Telecomunicación, quienes confiaron en mí, como compañero colegiado, para hacer de guía artístico y literario.

Aquí os dejo un pequeño extracto de la alocución histórica inicial, preparada para tan magnífico escenario y ocasión, como preludio épico a una segunda parte más lírica y humorística.

La lectura sucedió en el Cuarto del Almirante, donde se fundara la Casa de Contratación.

Gracias, amigos, por vuestra cálida acogida.

Como la Ciudad Prohibida de Pekín o el Palacio de los Dogos de Venecia, como Versalles de Francia o el Kremlin de Moscú, por citar algunos centros de poder que le han sido vagamente contemporáneos, Los Reales Alcázares de Sevilla constituyen una de las maravillas arquitectónicas del mundo y uno de los centros de decisión política más importantes de la Historia de la Humanidad:

en este recinto se fundó la Casa de Contratación y se organizó la expedición de Fernando de Magallanes que completó la Primera Vuelta al Mundo, aquí fue Piloto Mayor Américo Vespucio –que dio nombre a un continente-, aquí oró Cristóbal Colón, en el altar que hay en el Patio de Banderas, antes de zarpar hacia las Indias y aquí llegaron los primeros papagayos y los primeros indios emplumados de El Dorado.

Aquí, con la toma de la Ciudad por Fernando III el Santo, quien decidió quedarse hasta su muerte en el antiguo alcázar moro, se decidió la suerte de los Reinos de Taifa y se concertó la supremacía de la Corona de Castilla entre todos los reinos ibéricos. Sevilla se convirtió así en la capital política y económica de España hasta llegar a ser, con los siglos, la Capital de facto de un Imperio de ultramar, por lo que de alguna manera no es exagerado afirmar que en estos palacios se decidió, al menos en parte, la suerte de Europa si no del mundo.


Porque la historia de estos Reales Alcázares es, en definitiva, la Historia viva de España que se acumula en estratos sucesivos, aquí llegó Felipe V, tras la guerra de Sucesión y la instauración de la monarquía Borbónica, que tiene todavía en este Real Sitio su más antigua residencia y aquí se hospedó como Rey de España, tras la invasión francesa, José Bonaparte, "Pepe el Botella", el hermano del Emperador.

4 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Mi abuelo Antonio Menéndez trabajó en los Alcázares con Romero Murube.

Me traen muchos recuerdos.

Bello post, amigo.

José María JURADO dijo...

Recordé a Romero Murube al final de la intervención, pues fue muy amigo de mi abuelo materno, además de cofrades de la Soledad.

Gracias, Javier.

L.C. dijo...

¿Seguro que no editarán el texto para darlo a los visitantes a la entrada? Estas maneras de aprender y rebozarse de historia son más fructíferas que muchas aburridas clases de instituto.

Ya me harás llegar el texto completo.

alelo dijo...

Quiero recibir el texto completo como L.C. Y de paso aquel libro...

 
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