A Ramón Simón
Tu hijo pequeño se ha quedado dormido. Lo llevas a la cuna. Pesa. Tus brazos son como una soga. Desciende. Rodeado de mantas y ropajes. ¿A dónde? En la sima del sueño se abisma una escala: los hijos de los hijos de tus hijos. Arriba otro hilo te sujeta: los padres de los padres de tus padres. Nadie pisó jamás el último peldaño, nadie conoce el primero. Entierras a tu hijo cada noche con el blanco sudario de tu angustia y cada día tu hijo resucita. Pero alguien o algo agita un puñal frío para cortar los nudos de la cuerda. Y cantas una nana para espantar al miedo.
Descansa en paz, hijo mío
viernes, 26 de febrero de 2010
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8 comentarios:
Qué imagen tan dura... y tan bella.
Pon un pedazo de Santa Marta, medio y mitad de Baratillo y la Resurrección al completo, que no sé si va con la Cuaresma, si es de Penitencia o de Gloria, si debe o no pasar por la carrera oficial, pero al fin y al cabo es lo que dá sentido a todo esto (S. Pablo dixit).
Enhorabuena por la calidad y la constancia, JM. Ya queda menos.
Como digo, L.C., qué bien lo estás viendo. Y claro, sin Resurrección -que no debe pasar el Sábado Santo por la carrera oficial...de penitencia, sino de Gloria y el Domingo...- no hay nada
Gracias José María. Muchas gracias.
Bello, bellísimo. No tengo palabras para expresar tanta hermosura, tanta vida, tanta Poesía.
Esta serie tuya de la cuaresma me encanta y esta entrada me emociona.
Cada día una sorpresa y una superación. Por suerte para nosotros, tus lectores, aún quedan 31 días de cuaresma...
Acabar´´as agotado. La serie es fant´´astica.
Gracias a todos, amigos. Se hará lo que se pueda.
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