“Nunca pensé que la muerte hubiera deshecho a tantos”.
(T. S. Eliot, La Tierra Baldía)
Han venido a verte. Están en el salón. La niña que ahogaron en la acequia, la criatura que asfixiaron en la cuna, el poeta ametrallado en el barranco. Huyes. Pero al abrir la puerta de tu casa hay una lápida de mármol que te impide la salida. Vuelves. Ellos ya no están. Entraron en la ciudad tras el estrépito de las trompetas. Querían descansar y darte aviso. Han dejado una baraja del tarot sobre la mesa. Sentado en el suelo, con la cabeza hundida en la mano, muerto de miedo, lamentas tu destino. Porque una y otra vez sale la misma carta. El arcano insomne de la tarde sin Dios.
Abril es el mes más cruel.
martes, 2 de marzo de 2010
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8 comentarios:
Sigo esta serie con el máximo interés. La entrada de hoy me parece un prodigio de brevedad y capacidad de sugestión.
¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?!
El Cachorro cruza por el puente expirando su dolor. El Museo se ha recogido después de estremecerse en su escorzo imposible.
El gitano de la Cava acuchillado que inspiró a Ruiz Gijón y los que persiguieron los moldes de Marcos Cabrera para "tallar" la pasta de madera están también convocados a la mesa.
El jueves tu dedicatorio, por título "La costurera".
Un abrazo
Abril es el mes más hermoso, el que "esta más cerca de la vida y de la muerte".
Un abrazo
Gracias, Jesús, muchísimas gracias.
Y la Canina, Lorenzo, y la Canina.
Ramón, son palabras de Eliot.
Lo de la Costurera no lo entiendo. Esperaré.
Ya lo verás, José María.
Y espero que te guste.
Sorpresa.
No había reparado. Es cierto. "Sentado en el suelo, son la cabeza hundida en la mano".
Mors mortem superavit.
A pesar el arcano repetido.
Insisto. Te vas creciendo entrada a entrada.
Felicidades
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